Conocí a Pedro el día de su
presentación oficial del libro Historias Inconfesable, es verdad que ese día
conocí, menos mal, a muchos más amigos que lo son ahora. Ya lo aben ellos a
quienes me refiero.
Su libro me intrigó antes de
tenerlo en las manos, me gusta esa literatura erótica, fina elegante, con mucha
chispa, con mucha imaginación. Será porque a veces mi cabeza borbotea historias
parecidas y me atrevo a plasmarlas en el papel. Más comedido que Pedro que se atreve,
además, en ponerlas en hojas dentro de un libro.
Ese día me interesó más la
persona que el propio libro y así disfruté mucho más de su amistad que se
mantiene y acrecienta en estos días.
Su libro volvió a caer en mis
manos en una temporada, no muy lejana a las fechas de su presentación, en la
que yo me encontraba de baja obligatoria por culpa de los médicos.
Me vino de lujo esa compañía,
su lectura fue todo un “remanso” de felicidad, cada uno de esos intensos relatos
me sacaba de la oscuridad de las cuatros paredes donde mi vida trascurría en el
hospital. Era luz, fuego, vida lo que me mantuvo inquieto esos días de lectura
y relectura, (no sé si esta palabra está en la RAE, pero me da igual), no me
preocupaba si el médico vendría a decirme lo mismo, “te sigues quedando”.
Verbo ágil, lectura fácil,
erotismo del más puro estilo ortodoxo, limpio y claro. Imaginativo, muy muy
bien ambientados los personajes, algo difícil en relatos tan cortos, donde la
imaginación tiene que ser el poder del escritor para trasmitirla.
No puedo sino recomendar la
lectura de este libro a los amantes, como yo, de la buena literatura erótica,
qué con mucho más hay hasta poesía en su prosa.
A día de hoy no tengo la seguridad de donde poder adquirir el libro, pero estoy convencido que a Pedro será fácil preguntarle. Os dejo su enlace de facebbok